A medida que llega el buen tiempo, la población muestra un interés especial por los deportes al aire libre. La práctica del senderismo para unos, el actual “trekking” para los más aventureros o el trail running para los deportistas más extremos, ha generado un gran dilema a la hora de elegir el calzado más adecuado para ello.
Sin duda alguna, llevar un buen calzado en esta actividad es esencial, ya que se necesita un cuidado óptimo de nuestros motores y acompañantes incondicionales de ruta de montaña: nuestros pies. Pero pueden surgir algunas dudas tales como: ¿Qué es mejor: zapatillas o botas?
En este post nos centraremos en analizar diferentes tipos de calzado apropiados para cada actividad deportiva que se lleve a cabo en baja o media montaña.
¿Cuáles son los cuatro requisitos básicos para cualquier tipo de calzado de montaña?
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Uno de los factores más importantes es la protección de nuestros pies. La inestabilidad de las superficies naturales y los golpes que podemos dar o recibir de las piedras, puede provocar lesiones, tanto en la piel como en las articulaciones. Para ofrecer protección, el calzado debe constar de: una puntera de goma (para proteger los dedos), una talonera trasera (como protección de la parte posterior del pie) y contrafuertes laterales (para ofrecer estabilidad a la articulación).
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La suela es la que proporciona el agarre y la seguridad durante la práctica deportiva. Debe ser resistente y gruesa, y además, presentar un taqueteado multidireccional para evitar deslizamientos y caídas causadas por la irregularidad del terreno.
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El calzado con material de membrana es el más recomendado. Éste da transpirabilidad al pie y, al mismo tiempo, crea una barrera impermeable frente a diversos elementos de la naturaleza (lluvias, travesías de ríos…)
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Otro factor a remarcar es el drop, cuyo rango de normalidad se encuentra entre los 1’5-2 cm. En caso de mostrar un cambio en éste, se debe complementar con estiramientos musculares.
¿Cuándo usar zapatillas o botas?
Cada vez es más común observar que muchos deportistas utilizan zapatillas específicas para la montaña. Éstas presentan una mayor ligereza y movilidad del pie, ya que mantiene la sujeción por debajo del tobillo. En cambio, las botas proporcionan mayor protección de dicha articulación limitando los movimientos patológicos del tobillo.
Tenemos que tener en cuenta que un mayor grado de movilidad conlleva un aumento de la amortiguación, que será necesaria para reducir la fuerza de
impacto que recibe el resto del cuerpo. Con las botas se limita la pronación del pie, responsable de dicha amortiguación, lo que provocará sobrecargas musculares de la fascia plantar y de la
musculatura posterior de la pierna. Sin embargo, las botas ofrecen mayor estabilidad de la articulación de tobillo.
Por lo general, podemos decir que haremos uso de uno u otro tipo de calzado en los siguientes casos:
• En trail running, donde el impacto de la carrera es mayor, por lo que se requiere mayor capacidad de amortiguación, o en senderismo ligero, salidas cortas por senderos en buenas condiciones, haremos uso de las zapatillas.
• En salidas largas, por travesías de terreno irregular, se usarán las botas. Vamos a remarcar que las de caña media (por su ligero peso y menor rigidez) son las de mayor preferencia en el mercado. También, se recomienda el uso de éstas en caso de inestabilidad de tobillo, para reducir la predisposición a sufrir esguinces.
En resumen, la elección de un tipo u otro de calzado, zapatilla o bota, dependerá de la modalidad deportiva que se vaya a realizar en cada momento. Debemos ser conscientes de ello y seguir los consejos descritos anteriormente. No obstante, como recomendación final, hay que recordar la importancia de una valoración biomecánica exhaustiva realizada por vuestro podólogo/a deportivo de confianza. Puede ser la mejor solución para la prevención de múltiples lesiones, así como para encontrar la estabilidad que se necesita cuando practicamos este deporte.
Ahora nos toca luchar juntos por una #DesescaladaResponsable. Empecemos a disfrutar de las rutas de montaña que nos rodean siendo responsables en la lucha contra este virus y en cuidado de nuestro entorno.
Ainhoa Ibáñez. Podóloga
Especialista en podología deportiva en Centro Podológico PODOLIVA.