La hiperhidrosis plantar se caracteriza por aumento de sudoración de manera anormal en la planta de los pies. Generalmente se trata de una patología que afecta al 5% de la población, y que es una de las causas de estrés emocional por situaciones de inseguridad, afectando en el ámbito personal, como social y laboral.
Las glándulas sudoríparas se localizan mayoritariamente en manos, pies y axilas, y son parte responsable de regular la temperatura corporal, además de ser un mecanismo de eliminación de residuos tóxicos del organismo y protección de la piel. Es en estas zonas donde se localiza principalmente el exceso de sudoración, provocando un estado constante de humedad que puede tener como consecuencia irritación, dermatitis, descamación y fisuras en piel, pigmentaciones rosadas o blanquecina.o multitud de infecciones por hongos dermatofitos y bacterias, que cursan en muchas ocasiones con mal olor (bromhidrosis), consecuencia de la descomposición del sudor por estas.
Podemos diferencias dos tipos de hiperhidrosis según etiopatología.
El tratamiento de la hiperhidrosis, es muy diverso. Siempre debería ser valorado por el podólogo/a, que es el profesional especializado en las afecciones del pie, y van desde técnicas de iontoforesis, tratamientos con toxina botulínica, o diferentes preparados antitranspirantes que el profesional, adecuará a cada paciente. Además, parte muy importante de nuestra labor como podologo/as, es proporcionar una buena educación sanitaria aportando correctos hábitos higiénicos, apropiados a estos casos como conocimiento de calzados y prendas que debe utilizar el paciente.